Autor: Thomas Szasz
En una sociedad en la que el hombre tiene acceso lícito a un sinfín de armas capaces de poner en peligro el bienestar de la comunidad, el individuo acepta sin más dejar en manos de los legisladores su acceso a unas plantas y sustancias de uso inmemorial. En lugar de centrarse en la bien conocida injusticia o ineficacia de las leyes que regulan el consumo de drogas y fármacos, Szasz demuestra que, bajo la apariencia de estar velando por los vulnerables miembros de la sociedad y salvaguardando el interés común, la guerra que el Estado ha declarado a las drogas coloca al individuo bajo una tutela médico/psicológica permanente y le obliga a renunciar a unos derechos inalienables, esto es, el derecho a disponer de sí mismo y el derecho a la propiedad. Poniéndose de manifiesto que bajo esta cruzada gubernamental maquillada de iniciativa terapéutica se esconde la eterna dicotomía entre autocontrol y coacción estatal que, en definitiva, pone en peligro la supervivencia de una sociedad que tiende a delegar sus responsabilidades.
Prólogo de Antonio Escohotado.
22×14 cm - 220 pág.
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